martes, 13 de abril de 2010

Cuadernillo N° 22 - ¿REENCARNA TAMBIÉN DIOS?

- Prácticamente todas las culturas cuentan en sus religiones con la creencia de que Dios ha "encarnado" en seres humanos de la Tierra con la misión de orientarles. Encarnaciones que -si aceptamos tal hipótesis- se habrían producido en varias ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad, por lo que podría hablarse de re-encarnaciones. Pero, ¿es eso posible?

Obviamente, decir que Dios "encarna" en la Tierra es una metáfora. Porque, como cualquiera puede entender, la posibilidad de que el espíritu de Dios, en toda su inmensidad, se manifieste en un solo ser humano resulta absurda. En realidad, cuando hablamos de que Dios se "encarna" en alguien estamos refiriéndonos a que parte de su "esencia" se incorpora en el encarnante de manera que anida en él de forma intensa la "chispa divina", lo que otorgaría a quien así le aconteciese, un grado de espiritualidad y sabiduría mucho mayor que el del resto de los humanos de su entorno. Y ello entendiendo que en realidad todos los seres humanos -como todos los animales, plantas, minerales y, en definitiva todo lo existente- participan de esa misma esencia porque proceden del propio Dios. La diferencia estribaría en la gradación de esa emanación.

LOS AVATARES EN LA TRADICION HINDÚ

Pues bien, a esos seres humanos que incorporarían en mayor medida que los demás esa "chispa divina", el hinduismo y el budismo les pasó a definir con el concepto de avatar, término derivado de la raíz TR que significa "atravesar", al que precede el prefijo ava, que indica "movimiento hacia abajo". En suma, la expresión vendría a significar "el descenso al plano humano del principio divino".

El problema es que en la tradición hindú se terminó mezclando el concepto de Dios con el de "dioses", ampliándose a esas presuntas "divinidades" la cualidad de "encarnaciones humanas" de Dios. Cuando, en realidad, los "dioses" de la tradición oriental -se ha llegado a contabilizar en la India ¡hasta 330 millones de ellos!- guardan muy poca semejanza con la idea de Dios, pues sus cualidades espirituales y éticas se hallaban muy alejadas de la idea de lo "divino". Antes bien, se adornaban con características bien humanas, siendo frecuentemente incluso pendencieros y violentos.

Ello no impide que la noción del avatar arraigase sobre todo en la época en que mayor era la devoción al "dios" Visnú y que se identificase a éste con Dios -con mayúsculas-. Razón por la que la historia de los avatares o encarnaciones de Dios se refiera siempre a encarnaciones de Visnú. Hecha esta matización, necesaria, diremos que -según la tradición hindú- los avatares tenían como misión ayudar al hombre en su evolución.

Y así, el primer avatar conocido -Matsya-, que tenla forma de pez, encarnó con la misión de bajar al fondo del océano y encontrar un "veda" -texto sagrado- que habla sido allí escondido por un demonio tras robárselo a Brahma; el segundo -Kurma- tenla forma de tortuga y su misión era la de encontrar tesoros sumergidos en el fondo del mar a causa del Diluvio Universal; el tercero -Varaba-, con aspecto de jabalí, debla hacer emerger a la Tierra, hundida en el fondo del océano por un demonio; el cuarto -Narasimha-, con forma de hombre-león, debla destruir a un demonio a quien Brahma habla garantizado que nadie podría matar; el quinto -Vamana-, encarnado en un enano, expulsa a un nuevo demonio que controlaba la Tierra, el espacio y los mundos inferiores; el sexto seria el príncipe Parasurama, primera encarnación humana, cuya tarea consistió en liberar al mundo de la guerra y de la casta de los guerreros; el séptimo seria Rama y su misión la de acabar con el demonio Ravana que reinaba sobre el territorio que hoy constituye Sri Lanka; el octavo fue Krisna y su misión la de mantener el orden para que triunfe la justicia en el mundo, ayudando además al ser humano a superar el eterno ciclo de la reencarnación; el noveno fue ya Buda, siendo su misión terminar con los sacrificios sangrientos y potenciar el valor del amor; siendo el décimo y último avatar Kalki, aún por encarnar y, que según la tradición, vendrá a castigar a los malvados y recompensar a los justos llevando a la humanidad a una era dorada de paz y dicha. (¿Anuncio de Jesucristo?)

ELECCION DEL CUERPO POR LA CONCIENCIA BUDICA

El budismo, por su parte, no admite la existencia de un Dios creador y, en consecuencia, que pueda encarnar, ya que entiende que el mundo es exclusivamente producto de la mente. Esa es la razón de que entienda que el objetivo del ser humano es evolucionar hasta alcanzar un estado de pureza mental que le lleve a la "iluminación", es decir, a la comprensión total y última de la Creación. Siendo llamados "budas" los seres humanos que llegan a él. Seres humanos que, al trascender, estarían en condiciones de manifestarse en el plano físico tras su muerte, pero en tanto "encarnaciones humanas de la Conciencia universal".

Pues bien, según el budismo está prevista para el futuro la encarnación de un nuevo "avatar" - el más importante-, que responde al nombre de Maitreya, cuya misión seria en realidad similar a la que los hinduistas atribuyen a la décima encarnación de Dios -Visnú para ellos- y al que también esperan, sólo que con el nombre de Kalki.

Conviene añadir, por último, que aunque no todas las culturas aceptan la existencia de las encarnaciones divinas, también se tuvieron como tales por sus seguidores a personajes ilustres de nuestra historia como Pitágoras, Lao Tsé, Moisés, Zoroastro, Confucio o Mahoma.

JESÚS - ¿"HIJO" DE DIOS?

Mención aparte merece, por el ámbito cultural en el que nos encontramos, la figura de Jesús de Nazaret. Porque independientemente de que las iglesias creadas en torno a su figura lo presenten como "hijo" de Dios -¿un "clon" tal vez?- lo cierto es que si puede admitirse que, como en todas las culturas, fuese un avatar. Tal vez, incluso, el avatar esperado por las principales culturas del mundo: el Kalki hindú, el Maytreya budista, el Mesías judío...

Un avatar, en suma, con una misión clave en el proceso evolutivo de la humanidad que habría venido no a salvarnos de nada, como dicen quienes se arrogan su representación en la Tierra, si­no a ayudarnos a ser más conscientes y a enseñarnos el camino del Amor para que fuéramos luego nosotros quienes le imitásemos -"Toma tu cruz y sígueme"-, recorriendo nuestra propia senda según su ejemplo y enseñanzas.

De ahí que Jesús pueda ser considerado, con justicia, el AVATAR DEL AMOR.

LOS AVATARES SEGÚN "GEENOM"

A las referencias clásicas de las distintas tradiciones religiosas y culturales de todo el mundo sobre la existencia de avatares, es decir, de encarnaciones de la divinidad en la Tierra que habrían venido a lo largo de nuestra historia a darnos pautas que nos permitieran conocer el camino de la evolución, cabe añadir en la actualidad de la "confirmación" que en ese sentido vienen realizando grupos de contactados con quienes se identifican como extraterrestres.

De ahí que entendamos oportuno dar también esa versión para lo cual reproducimos -previa autorización- el diálogo que sobre el tema aparece en el libro "Entrevista a un extraterrestre: Geenom", obra del director de Más Allá de la Ciencia, José Antonio Campoy.

Señalar sólo, para quienes no conozcan el libro y a fin de que entiendan la respuesta, que Geenom explica al principio de la obra que existen siete "niveles" en el camino evolutivo del ser humano, estado el hombre terrestre en el tercer nivel; de ahí que sea tenido por un "humano 4.3". Siendo, consecuentemente, humanos 4.4 y 4.5 hombres de mayor grado evolutivo que vivirían en otros sistemas solares de nuestra galaxia.

Este es, en suma, el texto del diálogo:

"-Los grandes avatares de vuestro planeta -responde Geenomhan sido Zoroastro, Buda, Krisna y Jesús. En cualquier caso, habría que hablar de humanos -más evolucionados que sus contemporáneos, eso sí- que incorporaron en un momento de sus vidas, porque así estaba previsto, a un espíritu de sexta dimensión; es decir, a un ser de nivel 6.6. Y ese espíritu era Cristo; espíritu que, desde entonces, se encuentra ligado de forma permanente a vuestro planeta.

Aunque he de añadir que ha habido otros avatares "menores"; son los casos de Rama en la India, Enoch, Moisés, Daniel, Elías o Isaías en Oriente Medio, Codom en Siam, Mitra y Ciro -quien fuera rey- en Persia, Horus o Ra en Egipto, Zama entre los mayas y Confucio en China, por poner sólo algunos ejemplos, que incorporaron a seres de quinta dimensión para realizar tareas concretas y limitadas en el tiempo.

¿Entonces los cuatro grandes avatares incorporaron al mismo espíritu, es decir, a Cristo?

En efecto. La única diferencia es que Jesús y Krisna tenían un cuerpo físico fruto de la unión de genéticas 4.4 Y 4.5, mientras que los de Zoroastro y Ruda eran genéticamente 4.4. En cuanto a los espíritus que encarnaron fueron 4.5 en los cuatro casos. Y añadiré, porque veo que vas a preguntarlo, que los avatares "menores" poseían una genética mezcla 4.3 y 4.4, incorporando en los momentos en que fue preciso -como acabo de explicarte-a espíritus de quinta dimensión. Decirte, por último, que todos los avatares eran de raza blanca.

¿Incluidos Rama, Krisna y Buda?

¿Y podrías hablarme de la "misión" que tenían cada uno de los cuatro grandes avatares?

Básicamente la misma, por cuanto lo que debían hacer era crear corrientes de pensamiento distintas a las que entonces imperaban en las zonas en que encarnaron. Así, Zoroastro, en Persia, trató de unificar las corrientes filosóficas tan dispersas que en ese momento sobresalían, dándoles un sólo carácter y tratando de inculcar la idea de lo que se conoció más tarde como escala evolutiva o ciclo de manifestaciones del Cosmos.

Krisna, por su parte, apareció en un momento en el que toda Asia estaba sumida en conflictos bélicos e ideológicos. Así que la lucha por encontrar el hilo conductor que rompiera la inercia belicista y uniera los conceptos filosóficos y religiosos le llevó durante su vida de predicación a integrar 1 en si los deseos de encontrar la fuente de la verdadera religión a todo un continente; aunque es cierto que su influencia se centró fundamentalmente en la India.

En cuanto a Buda, a quien de alguna forma allanaron su camino tanto Krisna como Rama, intentó llevar a Oriente la idea de que el hombre es el fiel de la balanza, el punto medio sobre el que gira el universo. Como sabéis, el hombre debe ser cada vez más consciente de su papel y, por tanto, centrar sus esfuerzos en ser cada vez más perfectos. La búsqueda de la consciencia absoluta es la búsqueda de Dios y Buda decía que esa perfección se hallaba en el interior, por lo que los elementos externos sólo están ahí para ayudarnos a encontrar nuestro centro.

Todo esto me hace recordar que distintas confesiones religiosas esperan aún la llegada de un nuevo mensajero, enviado o manifestación de la divinidad en el futuro. Así, los judíos esperan al Mesías, siendo muchos, por cierto, los rabinos que creen que se tratará del rey David resucitado; los cristianos creen firmemente en la Segunda Venida de Cristo "al final de los tiempos"; claro que, mucho antes, ya los seguidores de Zoroastro -en Persia- esperaban también la resurrección del fundador de su religión, quien habría de encarnar con el nombre de Astvatereta, esperándose también "al final de los tiempos"; lo mismo que los musulmanes, por su parte, esperan al Madhi, y los hindúes al hijo del dios Visnú, quien con el nombre de Kalki y sobre un caballo blanco, llegará -¡como no!- en "el final de los tiempos". Mi pregunta es obvia. ¿Está previsto que vuelva a encarnar en la Tierra un nuevo avatar?

No.

-Pues existen confesiones religiosas que actualmente postulan abiertamente que, en estos mismos momentos, Jesús está de nuevo reencarnado en la Tierra... No tiene ningún fundamento, pues, su afirmación...

¿PODEMOS REENCARNAR EN UN ANIMAL?

¿Es posible reencarnar en un animal? Muchas culturas así lo creen, convencidas la mayoría de que seria el "castigo" por no haber sabido evolucionar adecuadamente en su encarnación como ser humano. Algunas incluso, creen que puede escogerse el animal en el que encarnar. Sin embargo, la concepción moderna de la reencarnación rechaza frontalmente tal idea, negando que un ser humano pueda volver a ese estadio inferior de evolución.

Por regla general, el hombre tiende a pensar que aquello que configura su marco de referencias, o bien es compartido por el resto de los mortales, o bien éstos están equivocados. Esto ha venido sucediendo tradicionalmente a lo largo de los siglos con las creencias religiosas y los planteamientos políticos, económicos o filosóficos.

La forma en que se percibe el mundo desde la óptica de las diferentes culturas hace que se produzcan enfrentamientos entre ellas: la forma de entender la vida y la trascendencia por parte de la cultura oriental choca a menudo con la visión que se tiene desde el mundo occidental, de la misma manera que a un esquimal, por poner un ejemplo, le costaría entender los patrones conductuales que se manifiestan en una tribu de bosquimanos.

No obstante, en lo relativo a la reencarnación nos encontramos con que en casi todas las culturas, tanto antiguas como modernas, se encuentran reflejados argumentos a favor de su existencia, si bien muchos de ellos difieren tanto en lo filosófico como en lo meramente físico. Algunos arqueólogos creen que ésa fue la razón de que en el Neolítico se enterraran los cuerpos en posición fetal, para facilitar así el renacimiento.

Por otra parte, si bien está muy extendida la idea de la reencarnación, no todas las culturas y tradiciones se ponen de acuerdo en el vehículo utilizado para volver a la vida. Por ejemplo, a los pueblos que viven cerca de la naturaleza, que tienen una visión panteísta de la creación y que consideran al ser humano como parte de ella, puede resultarles aceptable imaginarse a si mismos como re-nacidos en cuerpos de animales, mientras a los miembros de culturas avanzadas, con filosofías bien desarrolladas, conscientes del nivel alcanzado por el hombre dentro de la escala evolutiva, les puede parecer absolutamente imposible que un espíritu humano se integre en el cuerpo de un animal.

Y, sin embargo, la idea de la transmigración de las almas con encarnaciones aleatorias en vegetales o animales está muy extendida actualmente bajo el amparo de religiones y filosofías como la hinduista -posiblemente, la más representativa en cuanto a la enseñanza de estos principios-, así como en las tradiciones de pueblos de todas las latitudes en los que esta idea ha formado parte de su acervo cultural.

Así, en la antigua Europa las tradiciones populares anglosajonas hablan de que las almas de los hombres y mujeres pasan a los animales, aves o plantas; y, según el folklore británico y bretón, los espiritas de los pescadores y marineros muertos habitan en los cuerpos de las gaviotas blancas y los de los niños no bautizados flotan en el aire, en forma de aves, hasta el día del Juicio Final. Los teutones, e incluso los romanos (según Plinio), atendían cuidadosamente a las serpientes domesticadas, a las que consideraban como encarnaciones de sus antepasados, o como genios guardianes de sus hogares. Según los galeses, la doctrina de la reencarnación se inició con los celtas, ya en la prehistoria, y fue a través de ellos como encontró su camino hacia el Este, para florecer en el hinduismo y el budismo.

En África podemos encontrar también un gran número de tribus que tienen perfectamente integrados en sus rituales e, incluso, en su forma de vida cotidiana, la idea de la reencarnación. Hay un gran porcentaje de estas tribus que admiten que esa reencarnación se pueda producir en animales, siendo las serpientes las que ocupan el primer puesto en las preferencias de los re-encarnantes.

¿ELEGIR EL ANIMAL EN EL QUE ENCARNAR?

Es más, en algunas sociedades se cree que un hombre puede utilizar la magia para reencarnarse en el animal de su elección, si bien únicamente los jefes pueden reencarnarse en leones mientras que los que han sido pobres o abandonados se convierten en chimpancés o en un animal solitario o demente. A veces los buenos se encarnan en animales pequeños y simpáticos, mientras los malos lo hacen en bestias salvajes. De cualquier modo, los africanos, a diferencia de los hindúes y budistas, consideran la vida como algo feliz y la reencarnación como un buen destino.

Entre las tribus que contemplan la posibilidad de reencarnarse en forma humana, podemos hacer mención a los zulúes. Para ellos, dentro del cuerpo habita un alma y dentro del alma una chispa del espirita universal divino, el I Tongo. Según sus creencias, el ser humano se divide en siete grados, al final de las cuales, y después de muchas reencarnaciones, alcanza la perfección. A partir de ese momento, vive en la Tierra tomando la forma física que prefiere en cada momento. Según los zulúes, el destino de la humanidad es la reunificación con el I Tongo.

Estas creencias tienen, como se puede apreciar, una gran similitud con algunas corrientes de pensamiento que entroncan con los postulados inherentes al movimiento New Age, así como con algunas doctrinas relacionadas con el budismo, ya que entre sus enseñanzas se cuenta que el hombre está compuesto por siete principios y evoluciona por medie de una serie de vidas dentro de una serie de siete mundos. Una vez completado un circuito de vidas, éste debe repetirse de nuevo pero en un plano superior hasta que, después de numerosos ciclos sucesivos, el individuo alcanza la perfección.

En otras partes del mundo la idea de la reencarnación en insectos a animales está también muy extendida, encontrando tradiciones en este sentido tanto en los pueblos del Océano Pacifico, como en Australia y América del Norte y del Sur. Sin embargo, una civilización que basaba muchos de sus preceptos en la transmigración de las almas, como era la egipcia, no aceptaba que se pudiera producir una reencarnación en un cuerpo de animal salvo que fuera como castigo, aunque según las obras herméticas recopiladas por Hernies Trimegisto la doctrina enseñaba que todas las almas de los seres vivientes derivaban de una sola alma universal, en la cual se reintegraban después de un largo recorrido de perfeccionamiento, durante los que deberían renacer en cuerpos de animales cada vez más evolucionados hasta llegar al hombre, momento en el cual la ley divina preservaba al alma humana de la infamia de regresar al mundo animal.

LA CONCEPCION MODERNA

En nuestro mundo occidental, la idea de la reencarnación ha venido a instalarse en muchos sectores de la población de la mano de los movimientos sociales que proliferaron en la década de los sesenta -como los hippies o el Mayo francés- y que a lo largo de los años han ido cristalizando y conformando toda una corriente de pensamiento que alcanza hoy día a casi todas las disciplinas, tanto científicas como filosóficas, bajo el concepto de "nuevos paradigmas emergentes", en el que además de investigarse todos los aspectos que se relacionan con el ser humano en su camino hacia el próximo milenio, se contemplan también alternativas a los postulados básicos de las grandes religiones, que no aceptan abiertamente la teoría re-encarnacionista a pesar de que los primitivos padres de la iglesia cristiana -la más representativa en Occidente- si la aceptaban como uno de sus principios doctrinarios , ya que históricamente formaban parte de las creencias de culturas antiguas como la griega y la romana, en las que el cristianismo encontró el medio idóneo para desarrollarse.

Esta corriente de pensamiento occidental asume -de forma cada vez más mayoritaria- que el espíritu del hombre va utilizando diferentes cuerpos a lo largo de su camino hacia la perfección, pero que nunca, por muy perversos que fueran sus actos, reencarnaría en un animal. Los animales, según esta filosofía, estarían regulados en cada una de sus especies por espíritus elevados que velarían para que su existencia formara parte, de una manera armónica, del engranaje ecológico en el que el hombre desarrollaría sus experiencias vitales, pero sin tener consciencia de su propia individualidad.

El ser humano, por su parte, seria considerado como tal desde el momento que incorporara esa chispa divina de la que nos han hablado a lo largo de los siglos tantas y tan diferentes religio­nes y culturas, lo que le haría diferenciarse claramente de los animales de los que físicamente procede, que gozarían -como antes se indicaba- de un espíritu colectivo por especie. Esa diferencia se hace patente, sobre todo, porque desde el momento en que se produce ese acontecimiento, el ser humano adquiere la facultad de acelerar o retrasar su propio proceso evolutivo -cosa que no sucede con ninguna otra especie-, merced a la utilización de un mecanismo sutil que lleva incorporado esa "chispa divina": el libre albedrío.

¿QUE PASA CON EL ALMA CUANDO UNO ESTA EN COMA 0 CRIOGENIZADO?

¿Qué pasa con el espíritu o alma de las personas que permanecen en estado de coma? ¿Y en el caso de quienes se sometieron a criogenización y sus cuerpos permanecen congelados en espera de que en el futuro se les pueda reanimar y volver a la vida? ¿Permanecen junto a sus cuerpos o vagan por el "espacio" desorientados?

A los hombres se les ha enseñado durante milenios que el universo -y, por consiguiente, el ser humano- se muevo dentro de un marco delimitado por tres dimensiones. Sin embargo, el descubrimiento y desarrollo de la Física Cuántica presentó un modelo completamente distinto en el que las leyes que rigen el mundo material dejaron de ser "inamovibles". En suma, se trascendió el concepto de materia y los hombres empezamos a movernos en un terreno en el que los conceptos de materia, tiempo, espacio y causalidad se tuvieron que volver a replantear.

Como consecuencia, el modelo del hombre concebido por la filosofía materialista está hoy seriamente cuestionado y los investigadores de vanguardia vuelven a replantearse su concepción. Ello sin olvidar que la comprensión de las influencias de los estados emocionales sobre el cuerpo físico ya había empezado a poner en tela de juicio el esquema mecanicista del hombre.

En este proceso de cambio, la Biología también conocerla una revolución. Actualmente los mecanismos de la vida -y por consiguiente de la muerte- siguen sin ser bien conocidos y se perciben más complejos de lo que se creía. Lo que no impide que los descubrimientos que se vienen efectuando tanto en el campo de la Bioquímica como en el de las energías sutiles inherentes a la vida nos permitan extrapolar que en un futuro se podrán desarrollar técnicas que retrasen el envejecimiento celular y, por tanto, prolongar la vida.

Con todo, el camino hacia la eternidad no se concibe como algo exclusivamente relacionado con el alma. Antes al contrario, la búsqueda de la inmortalidad ha sido el objetivo perseguido por todos los grandes personajes de nuestra historia, desde Alejandro Magno hasta conocidos multimillonarios norteamericanos y personajes populares del mundo del cine o de la música, que no se resignan a desaparecer a causa de la edad o de las enfermedades.

De ahí el desarrollo de técnicas como la criogenización (congelación del cuerpo), en un intento de prolongar artificialmente la vida hasta que se descubran los remedios para sus enfermedades, momento en que serian "reanimados" de su letargo y devueltos a la actividad normal. Y es bien cierto que si esas técnicas fueran eficaces, se podrían evitar muchas muertes.

Imaginemos por un momento que si la criogenización se hubiera puesto en marcha en 1920 posiblemente, todos aquellos que hubieran padecido en aquellos años enfermedades infecciosas, como la neumonía - que ocasionaron un gran número de fallecimientos-, en el caso de haber podido ser conservados mediante esta técnica, hoy podrían vivir sin mayores problemas. Siempre, obviamente, que sea de verdad posible devolver a la vida un cuerpo congelado, algo que aún está por demostrar.

No entraremos tampoco a valorar las consecuencias sociales que podrían derivarse de una técnica como la criogenización -aumento de la población, problemas de transmisiones patrimoniales, inadaptación de los individuos criogenizados al nuevo "ambiente" social en el que reaparecerían, etc.-, limitándonos a observar el hecho desde una perspectiva más filosófica que se relacione con la búsqueda permanente del hombre por lograr su propia trascendencia en el mundo físico.

CONGELADOS EN ESPERA DE SER "RESUCITADOS"

Probablemente sea la falta de fe en la vida después de la muerte o el miedo a perder lo conseguido durante nuestra existencia lo que hace a los individuos a buscar la forma de permanecer en un mundo donde no les ha ido nada mal, excepción hecha de la enfermedad que les lleva a criogenizarse. No puede extrañar, pues, que sean ya varias las empresas que se dediquen a la criogenización -todas ellas afincadas en Estados Unidos-, que aseguran que aunque actualmente no sea posible efectuar la reanimación, en el futuro existirán técnicas para poder hacerlo.

Si realmente el cuerpo de los criogenizados permanece vivo, ¿qué pasa con su espíritu o alma mientras está "congelado"? ¿O en realidad no está congelado sino muerto...?

Si atendemos a los experimentos realizados en los casos de operaciones quirúrgicas en las que ha habido que bajar la temperatura corporal, esa experiencia nos dice que la vida cesa cuando és­ta baja por debajo de los 9QC. Y si esto es así con personas vivas, nada nos hace suponer que puedan sobrevivir aquellos cuyos cuerpos se han conservado en nitrógeno líquido a temperaturas por debajo, en muchos grados, del punto de congelación.

LOS CASOS DE COMA

A pesar de todo, la vida puede quedarse aparentemente en suspenso, como ocurre con las personas que se encuentran en coma, un estado que se caracteriza porque el individuo pierde la consciencia y, por tanto, también la movilidad voluntaria y la sensibilidad, aunque conserva las funciones vegetativas. El estado de coma constituye la expresión clínica de un proceso patológico cuya evolución amenaza la vida del enfermo; representa, en ocasiones, la fase terminal de algunas enfermedades, mientras que en otras anuncia una des-compensación, que puede ser reversible si se aplica el tratamiento adecuado. Según su grado, el coma puede ser profundo -"coma carus" caracterizado por una arreflexia total, o superficial -"coma vigila- en el cual es posible obtener respuestas reflejas.

Pero la pregunta que subyace a todo esto es: ¿dónde se encuentra el espíritu mientras el enfermo está en coma?

Tal y como hemos indicado antes, el estado de coma se distingue por dos características esenciales: ausencia total o parcial de consciencia y falta de reflejos, funciones ambas reguladas por la mente a través del cerebro y el sistema nervioso. También es comúnmente admitido que, de haber un vehículo que facilite la manifestación del espíritu en el mundo material, éste seria la mente. Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que mientras los procesos mentales no se puedan hacer patentes, el espíritu permanecerá alejado del cuerpo, aunque manteniendo una cierta relación con él hasta que se produzca la muerte biológica.

A in de cuentas, la separación definitiva del espíritu provocaría el caos celular ya que la mente dejarla de coordinar las funciones metabólicas a través del inconsciente o sistema neurovegetativo; y el cuerpo etérico, sin la presencia de la mente, se alejaría del cuerpo físico al no recibir órdenes del plano inmediatamente superior, lo que seria interpretado como finalización del proceso vitalizados. Ahora bien, en los casos de coma no se da el caos celular, por lo que la vida sigue manifestándose, aunque ausente de toda forma consciente.

Por otra parte, las personas que han pasado por un trance de coma no suelen recordar qué han estado "viviendo" durante el tiempo que se ha prolongado su falta de consciencia, pero quienes sí lo hacen relatan frecuentemente visiones muy similares a las que aquellos que han pasado por una experiencia cercana a la muerte.

Resumiendo, mientras no se resuelva de una manera u otra el proceso de coma, la persona que lo está viviendo tiene sus constantes vitales activas a través del sistema vegetativo, su cuerpo etérico mantiene la actividad, aunque reducida al no recibir impulsos del plano mental por encontrarse provisionalmente desconectado, estando imposibilitada el alma o espíritu para manifestarse en el plano físico, por lo que se ve obligada a permanecer en un plano intermedio entre la vida y la muerte.

¿QUE ES LA "VIDA"?

Por otra parte, ¿acaso los científicos creen que el espirito y el cerebro son una misma cosa? La vida es el resultado de la perfecta armonización de tres factores primordiales: el organismo físico, el sistema etérico/astral y la mente. Y los tres tienen la misma estructura, aunque sea en octavas vibratorias diferentes. Por tanto, si el cuerpo físico es sometido a transformaciones en los componentes diseñados por la Naturaleza -temperatura, sangre, líquidos internos, etc.,- es, obvio que el cuerpo etérico deja inmediatamente de vitalizarle.

En suma, es improbable, pero posible a nivel teórico, que con el tiempo se consiga devolver la "vida" física a los órganos que constituyen el cuerpo de una persona, pero los expertos dudan mucho de que el alma anide en él. Y es que para los reencarnacionistas -y para los pensadores de muchas culturas- la vida no es sólo la consecuencia de un mero funcionamiento orgánico: es, sobre todo, un plan destinado a facilitar el aprendizaje de los seres humanos. Y la muerte, como parte de la vida, es un factor más de ese aprendizaje.

Consecuentemente, si el espíritu ha trascendido -como sostienen quienes creen en una vida después de la muerte-, es imposible devolver la vida a un cuerpo físico abandonado por el mismo ya que la "vida" no pertenece al mundo de la materia. Porque ésta, sin el espíritu, no posee vida. Y la mejor demostración es que nadie ha podido jamás generar artificialmente vida partiendo de materias inertes, aun cuando las hayan combinado imitando a la naturaleza., Nadie. Nunca.

¿REENCARNAMOS EN LOS MISMOS GRUPOS DE ALMAS?

-Algunas investigaciones sugieren que, en general, el ser humano prefiere reencarnarse en la misma familia. Y es lógico que así sea porque si -tal y como se explica en este articulo- la vida es un camino evolutivo que nos conduce a la adquisición de un mayor grado de consciencia, lo normal es que deseemos recorrerlo con aquellos que mejor van a ayudarnos a conseguir el objetivo.

Probablemente el sentido de la reencarnación no sea otro que el de tener variadas posibilidades de aprendizaje en el largo y complejo camino de la adquisición de un mayor grado de consciencia, del perfeccionamiento de nuestro ser integral mientras seamos humanos. Parece lógico pensar, pues, que en esa búsqueda de perfección seleccionemos las circunstancias más favorables para alcanzar los objetivos que nos hayamos propuesto en cada vida, elección que realizaremos, obviamente, antes de nacer.

En este sentido, hay estudios que demuestran la validez de esta hipótesis. Es el caso de la investigación realizada por la psicóloga Helen Wambach con diferentes grupos de personas a las que sometió a terapia regresiva mediante hipnosis. Wambach aplicó un test en el que formulaba una serie de preguntas para averiguar si antes de su nacimiento esas personas tenían consciencia de su individualidad, así como de las decisiones que tomaran sobre el momento, lugar, fecha y familia en la que nacerían.

Pues bien, independientemente de los motivos personales que les hablan llevado a desear nacer, las respuestas de los sujetos mostraron claramente que ya habían pasado por esa experiencia en otras ocasiones y que, en general, volvían a nacer en el seno de una misma familia, si bien los roles que adoptaban en cada ocasión no siempre eran los mismos. Así, las personas que hablan sido padres o madres en una existencia anterior, en la actual hablan vuelto a la misma familia con el rol de hijos o hermanos.

Por su parte, la doctora y psicóloga Edith Fiore también ha realizado frecuentes incursiones en el área de las regresiones hipnóticas como terapia para solucionar problemas físicos y psíquicos de sus pacientes y su experiencia la ha llevado a la conclusión de que muchas de las dolencias que hoy nos aquejan podrían tener su origen en traumas no asumidos del pasado, entendiendo por "pasado" tanto el relativo a la existencia actual como el referido a vidas anteriores. Asimismo, Fiore se ha encontrado con numerosos casos de personas que, siendo familia hoy, también lo fueron en existencias pretéritas, pacientes que durante la experiencia de la regresión visualizan, por ejemplo, a su padre en una vida pasada, que, para su sorpresa, es en la actualidad su marido, su hermano o su tío.

¿POR QUE REGRESAMOS AL SENO FAMILIAR?

Pero, ¿qué sentido tiene esa reiteración en la elección del ámbito familiar? Posiblemente la razón estribe en la seguridad que nos proporciona aquello que, dentro de un ambiente extraño, ya conocemos. Porque parece que, aunque al nacer perdemos la memoria de lo que hemos sido en anteriores encarnaciones, algo en nuestro interior nos hace sintonizar con determinadas personas mejor que con otras, lo que nos produce seguridad. Y si, de alguna manera, ya "sabemos" cómo son esas personas, es lógico pensar que ese conocimiento nos ayudará a superar aquellas pruebas que no fuimos capaces de superar en otra existencia anterior.

Es decir, que si como padre no supe entender a mi hijo- con el que tuve conflictos insuperables- en una vida pasada, tal vez cambiando los roles en la siguiente ocasión ambos lograremos "comprendernos" mutuamente al experimentar en propia carne el dolor que infligimos al otro anteriormente.

Por otra parte, el entorno familiar nos proporciona un campo de experimentación inigualable ya que nos permite establecer diferentes tipos de relaciones -más o menos cercanas- con aquellos que vibran en frecuencias parecidas. Es como si viviésemos una ininterrumpida obra de teatro en la que los actores van apareciendo en escena a medida que van naciendo y abandonándola en el momento de la muerte para volver a reaparecer poco más tarde adoptando un papel diferente.

Es decir, como si antes de nacer estuviéramos entre bastidores leyendo el guión que tenemos que interpretar, los objetivos que queremos alcanzar, las dificultades que hemos decidido superar, los amores que querríamos vivir y las compensaciones que deseamos realizar; y todo ello para ser más conscientes de quiénes somos en realidad, para lograr ascender en nuestro estatus evolutivo y pasar un día de ser actor a ser director de escena.

Dicen que sólo se ama lo que se conoce; a lo que habría que añadir que sólo se llega a conocer realmente aquello que se ama. El compartir experiencias con otros de forma habitual hace que lleguemos a conocernos en profundidad y, por lo tanto, a amarnos más. Y es ese amor el que nos ayuda a salvar las dificultades, a establecer pactos previos al nacimiento con la garantía de que, por difícil que sea el envite, el pertenecer a una misma familia espiritual es ya un camino recorrido.

Sin embargo, son también frecuentes las experiencias de personas que se entienden peor con su familia genética que con otros grupos -culturales, sociales, etc.-, con los que llegan a alcanzar estados de superación personal que no podrían haber logrado dentro de su entorno familiar. Es probable que en estos casos el papel de la familia genética sea, simplemente, hacer de soporte físico, mientras que con la "otra familia" se buscan experiencias más emocionales o intelectuales.

De todas formas, nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde alcanza nuestra "familia espiritual" porque, al fin y al cabo, en la medida en que evolucionamos vamos sintonizando cada vez con más gente a fin de llegar a formar parte -de acuerdo a una llamada interior-de esa gran familia que constituye la humanidad.

REENCARNACION Y ANDROGINIA

-Cuando elegimos venir a este mundo, no lo hacemos solos. Esta elección debe tener en cuenta también a nuestro "otro yo", la parte femenina -o masculina- que nos acompaña y complementa a lo largo de todas las reencarnaciones y gracias a la cual incorporamos a nuestra vida las experiencias correspondientes de signo contrario, evitando así alargar más el camino de la evolución. En este sentido, expresiones populares como "media naranja", "almas gemelas" o "androginia" no serian otra cosa que el reflejo de una realidad que, aunque intangible, de alguna manera percibimos como cierta.

Según apuntan muchas escuelas filosóficas, el propósito de la creación del ser humano parece ser que todos nos convirtamos en co-creadores con Dios, símbolo de la perfección que, paralelamente, estaría continuamente moviéndose hacia otra perfección.

De este modo, cada criatura que transmigra de una vida a otra estaría añadiendo -sumando- su experiencia individual a ese almacén que todo lo guarda y que conocemos con el nombre de "Registro Akhásico". Después de haber comprendido las lecciones correspondientes a sus existencias anteriores, estas criaturas, durante los periodos de interrupción entre vidas, analizan qué es lo que necesitarán en su próxima reencarnación, en la que -lógicamente- sólo serán capaces de aprender aquello que su desarrollo evolutivo les permita asimilar.

Por consiguiente, la reencarnación cumplirla dos objetivos primordiales: por un lado, proporcionarla la posibilidad de aumentar el nivel de consciencia de los seres en evolución; por otro, estaría contribuyendo al engrandecimiento de esa entidad indefinible que llamamos Cosmos.

EL PRINCIPIO DE LA "DOBLE POLARIDAD?

En cuanto a la creación propiamente dicha, todo parece apuntar a que cuanto existe en el universo es el resultado de la interacción de dos polaridades, o, lo que es lo mismo, que sólo existe aquello que tiene sus polaridades compensadas por efecto de las tensiones que se producen entre ellas. En efecto, desde los planos más materiales a los más sutiles, todos son la expresión de las tensiones producidas entre el polo positivo y el polo negativo. Una constante que se repite en la propia evolución del ser humano, que está marcada por los trasvases energéticos que se originan entre la inconsciencia y la consciencia.

Según el principio de la doble polaridad, como sucede en toda energía, la creación de una chispa espiritual lleva incorporadas ambas polaridades: la positiva -lo masculino- y la negativa -lo femenino-, sin que ello suponga ningún tipo de carga peyorativa. Lo cual supone que cada polaridad individual vivirla aquellas experiencias que considerara necesarias para su evolución, experiencias que resultarían "complementarias" de las experimentadas por su otra parte espiritual. Todo ello resulta de suma importancia porque la vida de cada espíritu creado es, en definitiva, un camino de regreso al creador en el transcurso del cual recoge las experiencias y conocimientos necesarios para poder ser también creador de su propio universo. Y el hecho de que cada espíritu creado esté compuesto de dos polaridades implica que no tiene que vivir por duplicado las mismas experiencias.

De igual forma que las partículas subatómicas necesitan agruparse para formar átomos que a su vez configurarán cosas materiales, los espíritus femenino y masculino intentan encontrar su equilibrio para llegar a "ser" y obtener así logros evolutivos. Pero, ¿cómo se produce la comunicación, necesaria para ese trasvase de información, entre ambas entidades? El principio de la doble polaridad nos dice que ésta se lleva a cabo de diferentes formas: bien en el plano de los desencarnados, bien durante los viajes astrales o en sueños e, incluso, compartiendo vivencias físicas con alguien -que puede ser la propia pareja- a quien nos une un afecto o amistad especia. Una hipótesis que, además, explicarla el fenómeno tan extendido como el "dejó vu".

No es corriente, por tanto, que se cambie de sexo en las distintas reencarnaciones, puesto que las experiencias necesarias del sexo opuesto ya las habrá vivido o estará viviendo nuestro "otro yo". Y consecuentemente, al confeccionar el "programa" de nuestra próxima vida habremos de tener en cuenta también lo que al otro le falta para, de común acuerdo, asumir o no esa experiencia. No podemos olvidar que el objetivo de ambos es el mismo: volverse a unir cuanto antes en un solo ser. En este sentido, los términos "media naranja", "almas gemelas" o "andróginos" estarían reflejando, a nivel popular, una realidad en términos materiales.

"EL AMOR DE NUESTRAS VIDAS"

Sin embargo -y siempre según el planteamiento expuesto anteriormente-, cuando hablamos de reencarnación estamos refiriéndonos a programas de vida complementarios. Y lógicamente, éstos no se circunscriben exclusivamente a la relación amorosa que se pueda producir en una vida, aunque eventualmente ésta pueda presentarse debido a la necesidad de compartir, también en lo físico, las experiencias que se hayan incorporado en anteriores existencias.

En este último supuesto, este tipo de encuentros -en el que cada uno ser-la el complemento perfecto del otro- constituirían una especie de compensación, de "recarga energética", que servirla para afrontar los retos de la siguiente reencarnación, al tiempo que actuarían como estimulo para intentar llegar cuanto antes al reencuentro definitivo, eso que se conoce en Oriente como la "Rueda de la Re-encarnación".

Y seria en ese momento, cuando se unen ambas polaridades, perfectas en su manifestación humana y completamente equilibradas entre si, cuando se producirla el salto cuántico en su evolución que conducirla a ambos, ya convertidos en un solo ser, al siguiente plano dimensional, el de las energías vitalizadoras.

Pero antes de que esto suceda hay siempre una predisposición natural a buscar el equilibrio a través de las relaciones personales en todas y cada una de las existencias que se viven. A si, tanto las relaciones amorosas como aquellas meramente sexuales, actuarían como referencias de la otra polaridad en un intento de hallar, de forma casi intuitiva, al complemento perfecto.

No se trata, pues, de encontrar "el amor de tu vida" si éste no nos permite crecer como personas, si lo que produce en nosotros es una dependencia psicológica o emocional. Por el contrario, la auténtica "media naranja" espiritual es aquella con la que establecemos una relación absolutamente compensatoria, armonizante, capaz de dar salida a nuestros mejores sentimientos, activadores de nuestros valores más creativos y sublimes y exenta de toda dependencia de cualquier tipo. En fin, una clase de relación que sólo se da de tarde en tarde, al cabo quizá de varias encarnaciones, y que, probablemente, deje una huella imperecedera durante muchas otras.

SHANTI DEVI - ¿UN CASO DE REENCARNACIÓN?

-Estudiada por un comité de científicos que corroboró una a una sus afirmaciones, la historia de la pequeña Shanti Devi es uno de los casos más documentados sobre una supuesta reencarnación. La niña afirmaba que en su vida anterior habla vivido en otra ciudad, contraído matrimonio y tenido tres hijos. Cuando visitó la localidad en cuestión, los investigadores quedaron perplejos: todo resultó ser cierto.

Reconozco que cuando leo algunos de los centenares de casos actuales sobre la reencarnación me invade una sospecha: parece existir la tendencia, en muchas de las historias que conocemos, de que se produzcan con mayor frecuencia en culturas que aceptan sin problemas la idea de la reencarnación, como es el caso del Tíbet, Nepal, Birmania o la India. De hecho, los recuerdos espontáneos de vidas pasadas experimentados por los niños son tan numerosos en Birmania que hasta tienen una denominación de grupo: son llamados "winsa".

¿Qué fue lo que pasó realmente? Esta es la secuencia de los hechos.

En Octubre de 1926 nacía en la ciudad de Delhi (India) una niña llamada Shanti Devi. A muy temprana edad, a los tres años, comenzó a hablar de una manera un tanto machacona sobre una existencia anterior, al parecer desarrollada en la ciudad de Muttra (localidad que está a unos 150 kms. de distancia de Delhi). Afirmaba haber comenzado su vida anterior en 1902 con el nombre de Ludgi, haber pertenecido a la casta choban y haber contraído nupcias con un comerciante de telas con el que -según dijo- habla tenido varios hijos.

TODO EMPIEZA A ENCAJAR

En un principio los padres de Shanti no le hicieron mucho caso pensando que este tipo de "fantasía" se le irían pasando con la edad. Nada más lejos de la realidad. Al cabo de cuatro años, los detalles que seguía suministrando Shanti eran tan exhaustivos y de tal precisión que la situación comenzó a hacerse, cuando menos, inquietante. Incluso indicó que el color de su anterior ho­gar habla sido el amarillo.

Los padres estaban algo más que preocupados por la salud mental de su hija y quizá para atajar tanta insistencia y reiteración decidieron verificar si lo relatado por su pequeña era realmente cierto. Habla tal abundancia de datos que no seria difícil pillarla en un renuncio, ya que recordaba el nombre de su marido, Kedar Nath Chaubey, al que - según decía- habla dado tres hijos, que describió detalladamente. Asimismo indicó que ella habla muerto en 1925 al dar a luz a su cuarto vástago.

Los padres de Shanti decidieron llevarla a un médico. Este escuchó con atención la descripción que la pequeña realizó de su propia muerte durante el parte y no le quedó más remedio que recono­cer que el relato contenía detalles médicos imposibles de conocer por una niña de siete años. Además índice que, por supuesto, la pequeña no padecía ninguna enfermedad mental.

El caso dio un giro inusual cuando llegó a la casa un amigo de negocios del padre de Shanti, a quien nada más abrir la puerta la niña reconoció como un primo de su supuesto esposo. Lo curioso es que este hombre habla vivido realmente en Muttra y tenla un primo llamado Kedar Nath, el cual tuvo una esposa llamada Ludgi que murió de parto. Esto ya era el colmo. ¿Acaso se habla puesto de acuerdo este hombre para confirmar los datos de Shanti? Todo parecía demasiado complicado, así que los padres prepararon una prueba secreta sin decir nada a su hija. Al poco tiempo de este suceso, un desconocido llamó a la puerta y Shanti le reconoció sin vacilación: era -dijo- Kedar Nath, su esposo.

DESTINO: MUTTRA

A estas alturas, nada mejor que trasladarse con su hija a la ciudad de Muttra y realizar allí las comprobaciones oportunas. Efectivamente, la historia relatada por Shanti, así como los detalles que continuamente mencionaba, resultaron ser ciertos en su mayor parte. Shanti comunicó al conductor el camino correcto para llegar a su antigua casa, indicándole que la calle estaba asfaltada cuando ella habla vivido allí.

Al llegar a la ciudad de Muttra por primera vez, logré reconocer las casas de los que -según afirmaba- hablan sido sus parientes y allegados en su supuesta encarnación anterior. También identificó el "jai-zarur" el nombre local del lavabo privado, una palabra no comprendida por los oriundos de Delhi.

El comité de investigación reunido para la observación y verificación del caso, que ya habla levantado una gran oleada de expectación reflejándose en los medios de comunicación del momento, pudo comprobar que Shanti, sin haber estado jamás en la ciudad de Muttra, se conducía por sus calles como alguien que hubiera vivido mucho tiempo en aquel lugar. Ella era quien daba las oportunas órdenes al coche que los conducía por las calles de la ciudad. Incluso saludaba a personas conocidas en su supuesta existencia anterior. Le vendaron los ojos y ella siguió manejándose perfectamente por aquella localidad.

Cuando le quitaron la venda, no tuvo el menor problema para encontrar su anterior casa, en donde reconoció y llamó por su nombre al padre, madre y hermano de Kedar Nath. Llevaron ante ella a los hijos que habla tenido con su marido en su supuesta vida anterior y, entre escenas de gran emoción, Shanti reconoció a tres de ellos. No ocurrió lo mismo con el cuarto, que fue el que nació en el parto en el que murió Ludgi.

El asombro en la cara de los científicos y familiares era continuo. Shanti Devi llevó entonces a los investigadores a la casa de la madre de Ludgi y en ella habló de las diferencias de decoración y estructura con respecto a la casa que ella recordaba. La madre de Ludgi, aunque se mostraba cautelosa ante esa niña desconocida con su séquito de científicos, confirmó, sin embargo, que todos esos cambios en el hogar de los que hablaba Shanti se hablan producidos después de la muerte de Ludgi.

LA PRUEBA FINAL

Como prueba final, Shanti insistió en que Ludgi habla enterrado algunos anillos antes de morir y se ofreció a enseñar a los investigadores dónde estaban ocultos. Los científicos cavaron en el lugar indicado por ella y allí descubrieron, efectivamente, una pequeña bolsa con anillos. La madre de Ludgi los identificó y dijo que hablan pertenecido a su hija.

¿Era Shanti Devi lo que ella firmaba ser: la reencarnación de Ludgi, esposa de Kedar Nath, quien habla muerto de parto en 1925? Muchos otros expertos analizaron las pruebas en los siguientes años, sin arrojar duda respecto a la veracidad de este caso.

No perdamos de vista un detalle cuando menos significativo. Ludgi habla muerto a la edad de 23 años, en Octubre de 1925, después del nacimiento de un hijo, y Shanti Devi habla nacido en Octubre de 1926. Por lo tanto, el periodo de interrupción habla sido un año justo, lo cual supone que debió esperar en el "limbo" tan sólo tres meses (más los nueve meses de embarazo) para volver a encarnarse en un nuevo feto.

Todo un récord.

JENNY COCKEL - ¿OTRO CASO DE REENCARNACION?

- Durante 30 años se ha sentido abrumada por el peso de unos recuerdos de un tiempo pasado que, sin embargo, le pertenecían. Sometida finalmente a hipnosis regresiva, la británica Jenny Cockell ha confirmado sus sospechas, ha encontrado su identidad en una vida anterior y ha vuelto a reunir a los hijos de aquella existencia frustrada prematuramente. La suya es una historia de tintes humanos y con final feliz que ha conmocionado a los reencarnacionistas.

De entre los innumerables libros dedicados a contar experiencias de reencarnación, el caso de la británica Jenny Cockell es posiblemente el que más difusión internacional ha merecido en los últimos años.

Su historia "Niños del ayer, la extraordinaria búsqueda de mi anterior vida familiar", convertida en un best seller en el mundo anglosajón, lleva un titulo muy apropiado para reflejar lo sucedido a esta sencilla ama de casa, una pedicura que hoy debe tener 42 años, residente en el pueblecito inglés de Towcester, casada con un jardinero y madre de familia que, de repente, y en virtud de su supuesta reencarnación, se ha visto acosada por medios de comunicación de medio mundo y ha sido recibida en Estados Unidos en olor de multitudes.

A estas alturas nada hay que pueda disuadir a Jenny Cockell de que en su vida anterior fue Mary Sutton, la esposa de un albañil irlandés fallecida prematuramente. Los recuerdos que Jenny dice tener de esa existencia pasada resultan abrumadores y comenzaron cuando Jenny era apenas un bebé. Eran memorias que se presentaban de forma fragmentada e inconexa durante los periodos de sueños, pero también en los momentos de quietud en que estaba despierta. Entonces se veía como una mujer adulta que paseaba por las calles del brazo de su esposo o como una moribunda llamada Mary que, desde la cama de un hospital sufría ante el hecho de tener que morir y dejar desvalidos a sus ocho hijos.

Y aquella mujer, Mary, era ella misma. Jenny lo supo de repente, como también supo que su marido se llamaba Jack Sutton y se había convertido en un hombre alcohólico e indiferente. Cuando la joven Jenny se atrevía a hacer algún comentario a su madre, ésta le respondía que su imaginación infantil era demasiado viva.

RECONCILIAR DOS VIDAS

Durante 30años Jenny guardó sus recuerdos, creció, estudió pedicura, se casó con su actual marido -Steve- y tuvo con él dos hijos. Nadie sabia que en su interior era una mujer con dos vidas, prematuramente adulta, que cuando vio por vez primera un mapa de Irlanda buscó por puro impulso un pequeño pueblo llamado Malahide.

Por fin, Jenny, apoyada por su actual esposo y su familia, se decidió a ordenar sus recuerdos y se sometió a varias regresiones hipnóticas con el doctor Jim Alexander en las que culminó su proceso de recuerdo. Aparecieron entonces las imágenes vividas de su boda, celebrada en 1921, y los nombres de sus ocho hijos. Cuando en 1989 viajó hasta Malahide, pudo confirmar lo que ella ya sabia sin el menor asomo de duda: que, en efecto, Mary Sutton habla vivido en ese lugar y habla fallecido en 1932; es decir, 21 años antes de que decidiera volver a la vida como Jenny Cockell.

Ahora sólo quedaba encontrar a los hijos perdidos, que cronológicamente estaban en edad de seguir vivos. Con tal motivo publicó varios anuncios en un periódico de Dublín. Así pudo ponerse en contacto con Sonny Sutton, el primogénito de su anterior matrimonio, "un educado hombre que apareció ante mi -relata la propia Jenny- y que tenia años suficientes como para ser mi padre". Cuando madre e hijo confrontaron sus recuerdos, éstos coincidían sin asomo de dudas. Sonny, escéptico al principio, no pudo por menos que creer que aquella joven mujer había sido su madre y pudo reconocer en sus ojos la melancólica mirada de la desgraciada Mary.

Paralelamente, la investigadora Gitti Coats elaboró una completa relación de los recuerdos de Jenny y los comparó con los de Sonny antes de que "madre" e "hijo" se encontrasen por primera vez. Las coincidencias de ambos relatos resultaron tan abrumadoras como espectaculares.

LA FAMILIA SE REUNE

Los hijos de Mary, tras la muerte de su madre, habían sido diseminados por varios orfelinatos. Nuevos anuncios en la prensa irlandesa consiguieron que Jenny localizara a otros tres -Phillis, Betty y Frank-, aunque también descubrió con dolor que dos hablan muerto. "Fue extraordinario el juntarnos de nuevo - relatarla la emocionada protagonista- Phillis me dijo que sentía que su madre se habla servido de mi para volver al mundo. Los otros hermanos lo ven como un caso de reencarnación, pero ninguno de ellos tiene la menor duda de que su madre, de una forma u otra, está en mi".

Por su parte, el supuesto hijo mayor, Sonny Sutton, que ahora tiene 75 años y es el más convencido entre los hermanos de la reencarnación de su madre Mary en Jenny, ha hecho declaraciones en la misma línea al afirmar que cuando habló con Mary por primera vez "me pareció hablar con un espíritu; estuve seguro desde el primer momento de que estaba hablando con mi misma madre". Y es que Jenny le proporcionó detalles de su infancia que sólo una madre podría conocer. Aun así, el proceso de aceptación resultó difícil.

"Todos somos católicos y los católicos no creemos en la re- encarnación - afirma Sonny -, pero cuando Jenny llegó a mi casa y se bajó del coche, vi exactamente a mi madre en ella. Un vínculo instantáneo se estableció entre nosotros". Incluso el parecido físico de ambas le resultó más que chocante, porque Jenny "tenia el mismo aspecto brumoso de mi madre".

Por fin, a finales de 1990 apareció la hija más pequeña de la antigua vida de Jenny, Betty Keogh, una mujer que tiene ahora 62 años y que parece ser la más afectada por la historia puesto que ni tan siquiera conocía le existencia de sus hermanos, aunque dice que la intuía. Eso si, sus resistencias todavía no han sido totalmente vencidas. "Considero a Jenny como una amiga intima, parte de la familia. No puedo verla como mi madre, aunque si pienso que es mi madre el origen de los sueños y premoniciones de Jenny. Algunos opinan que se lo inventa todo, pero ella ha dado suficientes pruebas de que es real."

EL FANTASMA DE LAS FALSAS MEMORIAS

Mientras los "niños" se recuperan de la impresión producida por el reencuentro familiar y tratan de encajar la historia en el marco de sus creencias particulares, las opiniones sobre el caso Cockell proliferan. Descartada la posibilidad de que se trate de un montaje, puesto que incluso los más escépticos no han dudado de la honestidad de los protagonistas, las explicaciones contradictorias no se han hecho esperar.

Mientras el doctor Alexander, el terapeuta de Jenny, ha terminado por convencerse de la veracidad de la reencarnación, aplastado por el peso de unas pruebas que en su opinión serían suficientes para cualquier jurado, la alegría de Jenny Cockell no conoce límites. Ha terminado con la angustia, ha sido aceptada por su anterior familia y, además, se ha hecho famosa.

Sin embargo, también han surgido opiniones contrarias a la hipótesis reencarnacionista. Entre ellas destaca la del hipnoterapeuta Neil French, quien ha alegado que muchos de estos recuerdos de vidas pasadas se explican por el llamado "síndrome de la falsa memoria". En su opinión, recuerdos reprimidos u olvidados que por lo general pertenecen a periodos tempranos de nuestra infancia, pueden aflorar en determinadas circunstancias y ser erróneamente atribuidos a vidas anteriores.

Cierta razón no le falta al doctor French, como lo prueba la investigación llevada a cabo por el doctor Stevenson en la que pudo probarse que de 300 supuestos casos de reencarnados, no hubo ni uno solo en el que no pudieran identificarse los supuestos recuerdos de vidas pasadas con hechos sucedidos en esta vida, con el consiguiente enfado de los "reencarnados", a quienes les disgustaba perder esa condición.

Hasta que el cerebro humano revele algo más de sus misteriosas capacidades, la cautela es necesaria. El caso de Jenny Cockell presenta, en efecto, características que deben hacer pensar seriamente en la posibilidad reencarnacionista, pero no debemos olvidar que, tal como asegura el doctor French, "la memoria es algo muy poderoso y, por desgracia, algunos terapeutas no son éticos y pueden arrastrar a sus pacientes a toda clase de creencias estúpidas".

Y es que una cosa es la creencia -completamente legítima en la reencarnación y otra bien distinta la confirmación científica del hecho, para lo que todavía, caso de producirse algún día, habrá que seguir esperando.

"REFLEXION"

Quejarse en la vida por simples problemas
es una costumbre casi natural.
Poco recordamos las cosas muy serias
que siempre reserva la vida al pasar.
Ni pobres ni ricos estarán ausentes
cuando los convoque el tiempo a morir...
entonces, si todo de pronto se acaba,
¡porqué no aprendemos un poco a vivir!

No siempre el dinero resuelve las cosas,
tampoco asegura una vida mejor,
porque, de qué valen los bolsillos llenos
si no conocemos la paz y el amor!

Abramos los ojos para ver la vida,
mientras haya en ellos la Bendita Luz.
Realicemos cosas con fe y alegría;
tenemos de todo teniendo salud,
y cuando salgamos de un trance difícil,
de aquellos que llaman a la reflexión...

¡Abracemos fuerte nuestra hermosa vida
y a Dios en silencio... pidamos perdón!

REFLEXIONES DE "YANNI"

Me gustaría dejarles un par de reflexiones:

Hace poco tiempo vela una entrevista a uno de los astronautas del Transbordador Espacial. En la entrevista él describía sus experiencias mientras giraba en órbita alrededor de este planeta. Decía que la Tierra se vela muy hermosa desde arriba, y dijo que, para su sorpresa, cuando sobrevolaba Europa le costaba diferenciar los países.

Dijo que la razón era que las líneas de los mapas no están en la Tierra. Es una gran observación. Estas líneas realmente no existen. Fueron inventadas por los hombres, y mantienen esta ilusión de que somos distintos.

Yo creo que el mundo seria un lugar mucho mejor si un día dejáramos de pretender que estas líneas existen y nos concentráramos en nuestras similitudes más que en nuestras diferencias.

Y quiero recordarles también que toda cosa buena que le ha sucedido a la humanidad desde siempre, comenzó solamente como un pensamiento en la mente de alguien. Y si cualquiera de nosotros es capaz de un gran pensamiento, todos tenemos la misma capacidad; porque somos IGUALES.

Palabras finales dichas por este compositor y director después de un concierto dirigido en Atenas.

ORACION PARA LA CURACION DE TU ENFERMEDAD

"Por eso os digo: Todo cuanto suplicaréis y pidiereis, creed que lo recibisteis y así será para vosotros".

Jesús

Divino Maestro Jesús, Tú que curaste con amor y bondad a todas las personas enfermas que fueron hacia Ti, cuando peregrinabas por las ciudades y poblados de Judea, de Galilea y de Samaria, escucha ahora mi oración.

Mira dentro de mi y ve que mi fe no es menor que la fe del ciego, del paralítico, del sordo, del leproso, del enfermo mental, que Tú curaste.

Tú dijiste que todo es posible para aquel que cree, por eso desde ya creo en mi curación.

Tú dijiste: "Sea lo que fuere que deseareis, cuando oréis creed que lo obtendréis, y lo alcanzaréis."

Es por ello que hoy tengo la seguridad de que éste, mi pedido, será atendido.

Tu Poder, emanado del Padre, está en mi, también, porque el Padre habita en mi interior.

He aquí mi fuerza, mi poder, mi seguridad, mi fe.

Creo firmemente en la Ley del Pedid y Recibiréis, porque yo sé que mi palabra tiene el Poder Creador de Dios.

(Mentaliza aquí la salud perfecta de tu órgano enfermo.)

Ahora que Tú me escuchaste, y que la perfección divina se alojó en mi, quiero agradecerte con toda la alegría de mi corazón:

Gracias por la perfección de mi cerebro, de mi rostro, de mis cabellos, de mis ojos, de mis oídos, de mi nariz, de mis encías, de mi lengua, de mi garganta, de mi cuello, de mis pulmones de mi corazón, de mi estómago, de mi duodeno, de mi hígado, de mis riñones, de mi páncreas, de mi bazo, de mi vejiga, de mi vesícula, de mi uréter, de mi esófago, de mis intestinos (de mis senos, de mi útero, de mis ovarios, de mis trompas), de mi columna, de mis vértebras, de mi cadera, muslos, rodillas, piernas y pies, de mis hombros , brazos y manos; de toda la estructura de mi; huesos, músculos, nervios, de mi piel, de mis glándulas, sangre, de mis dientes (de mi próstata), en fin, de todos los átomos y células de mi ser.

Gracias Jesús, porque Tú me escuchaste. Gracias, porque Tu Luz Divina iluminó, limpió y purificó mi mente. Gracias te doy, oh Padre, porque Tú me escuchaste a través de Tu divino Hijo Jesús. Amén.

Padre LAURO TREVISAN

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